Qué ver en Pau: Guía práctica de la capital del Béarn con mapa y consejos

Hoy te llevamos a conocer Pau, una ciudad del suroeste de Francia que se encuentra enclavada al pie de los Pirineos, cerca de la frontera con España. Es una ciudad que nos sorprendió gratamente cuando la visitamos y, por eso, queremos compartir contigo los mejores lugares que ver en Pau.

Recientemente hicimos un viaje para conocer varios sitios de la región de Nueva Aquitania que teníamos pendientes, y el primero de todos fue Pau, la capital de la región de Béarn.

Fuimos a visitar la ciudad sin ninguna expectativa, no sabíamos nada sobre lo que tenía para ofrecernos. Así que, decidimos visitar la Oficina de Turismo de la ciudad para aprender un poco sobre su historia y sobre los lugares imprescindibles de Pau.

La historia de Pau se remonta a la época galorromana, aunque la ciudad como tal nace en el siglo XII. En el siglo XVI se convierte en la sede del reino de Navarra y ve nacer al futuro Enrique IV.

Durante la Belle Époque, Pau vive su época dorada gracias a la llegada de aristócratas y viajeros adinerados, atraídos por su clima privilegiado, su casino y sus baños termales.

De todo ese pasado glorioso, Pau conserva un patrimonio extraordinario. Pero esta ciudad no vive del pasado. Suele aparecer en las listas de las ciudades francesas más agradables para vivir y, después de visitarla, entiendo por qué.

Como ciudad universitaria se respira un espíritu joven, suele acoger eventos culturales y deportivos de primer nivel como el Tour de Francia y, se ha convertido en uno de los polos tecnológicos más importantes de Francia.

Prepárate para enamorarte de una ciudad que combina historia, cultura y unas vistas de los Pirineos alucinantes.

12 Lugares qué ver en Pau

El Castillo de Pau – Château de Pau

Sin duda, es el lugar más emblemático que ver en Pau. No es un castillo cualquiera, fue la antigua sede de los reyes de Navarra y aquí nació nada menos que Enrique IV, rey de Navarra y primer rey Borbón de Francia.

Construido en el siglo XII como fortaleza, fue transformado en residencia real durante el Renacimiento.

Cuando entres al castillo, te encontrarás con más de 12.000 obras y objetos que cuentan la vida y el reinado de Enrique IV. Destacan especialmente:

• La Sala de los Cien Cubiertos: Un salón decorado con valiosos tapices y una impresionante mesa de roble y abeto que, literalmente, tiene espacio para 100 comensales.
• Los apartamentos reales: decorados con tapices flamencos, muebles de época y artesonados de madera que son una verdadera joya.

• La cuna caparazón de Enrique IV: Utilizaron el caparazón de una tortuga gigante de los mares del sur para fabricar la cuna del futuro rey.
• Los jardines renacentistas y el parque de 23 hectáreas que rodea el castillo.

Desde los jardines tendrás unas vistas espectaculares del Gave de Pau (el río que atraviesa la ciudad) y las montañas. Es el sitio perfecto para hacer una pausa y disfrutar del paisaje.

Puedes visitar los jardines y el parque gratuitamente, pero la visita al interior del castillo es de pago y, mediante visitas guiadas en francés, que duran alrededor de una hora.

Algunos días determinados sí que se realizan visitas guiadas en español, con reserva previa a través de su página web. Si cuando lo visites, no existe la opción de visita en español, en cada sala hay carteles explicativos en nuestro idioma. Aunque el edificio es enorme, lo que se visita es una pequeña parte, aún así, yo creo que es muy recomendable.

• Horarios del Castillo de Pau: Abierto todos los días de 9:30 a 11:45 h y de 14:00 a 17:00 h (último acceso a las 16:45 h).
• Precio de las entradas para el Castillo de Pau: 7€ (tarifa completa) – 5,50€ (tarifa reducida) – 9€ (visita guiada en español).
• Entrada gratuita: Menores de 18 años y jóvenes de 18-25 años residentes en la UE. También el primer domingo de cada mes para todos los visitantes.

Torre de la Moneda – Tour de la Monnaie

Junto a los jardines renacentistas del Castillo de Pau encontrarás una torre medieval del siglo XIV, la Tour de la Monnaie, que servía para acuñar las monedas con la efigie del rey de Francia.

En su interior hay un ascensor gratuito que te permite descender hasta la Plaza de la Moneda, que se encuentra en la zona baja de la ciudad, donde está la estación de tren.

Tras la visita del castillo, bajamos en el ascensor de la Torre de la Moneda y caminamos hasta la altura de la estación de tren, donde encontramos el siguiente lugar que tienes que ver en Pau.

De camino, paramos a visitar los Jardines del Consejo Departamental de los Pirineos Atlánticos, un pequeño jardín con mucho encanto.

Funicular de Pau – Funiculaire de Pau

¿Sabías que Pau tiene un funicular gratuito que funciona desde 1908? Sale cada 3 minutos y conecta la estación de tren con el Boulevard des Pyrénées en apenas un minuto de trayecto.

Es más que un medio de transporte, es una pequeña experiencia retro que te hará sentir como un viajero de la Belle Époque.

Si prefieres caminar, también puedes subir por los Sentiers du Roy (Senderos del Rey), unos bonitos senderos entre palmeras que pasan junto al Pavillon des Arts, un espacio dedicado a exposiciones temporales.

• Horario del funicular:
  • Lunes a sábado: 6:45 – 21:40 h.
  • Domingos y festivos: 13:45 – 20:50 h.
• Cerrado el 1 de enero, 1 de mayo y 25 de diciembre.
• Frecuencia: cada 3 minutos.
• Totalmente gratuito.

No podíamos desaprovechar la oportunidad de subir en el funicular. De esta forma llegamos al siguiente punto de nuestra visita a Pau.

Boulevard des Pyrénées

Este boulevard no es una simple calle. Con casi 2 kilómetros de longitud, conecta el Castillo de Pau con el Palacio Beaumont y te regala uno de los panoramas más impresionantes de toda Francia: la cadena de los Pirineos en todo su esplendor.

Fue creado en 1899, para los extranjeros que venían a pasar el invierno a Pau. La idea era construir un balcón sobre los Pirineos que se asemejase al Paseo de los Ingleses de Niza y, desde entonces, es el corazón turístico de la ciudad. Pasear por aquí al atardecer, con las montañas teñidas de naranja y rosa, es una experiencia que no olvidarás fácilmente.

A lo largo del boulevard encontrarás varios puntos de interés:

Iglesia de Saint-Martin

Con su torre de 77 metros de altura, es difícil no verla. Construida en el siglo XIX, en estilo neogótico con influencias bizantinas, destaca por sus tres naves y sus bonitas vidrieras.

La Place Royale:

Con su kiosko central, el ayuntamiento y la estatua de mármol de Enrique IV.

Square George V:

Rodeado de elegantes edificios como el Palacio Aragon, de inspiración neonormanda que, inicialmente, iba a ser un hotel de lujo y acabó siendo un edificio de apartamentos.

Villa Challe:

Un precioso edificio Art Déco de los años 30 conocido como «el edificio de las columnas». Se encuentra en el número 14 del boulevard.

El paseo está lleno de bares y restaurantes y, en verano, las terrazas de estos locales siempre están llenas. Nada mejor que tomar algo sentado en ese balcón con vistas a las cumbres más emblemáticas de los Pirineos.

Parque Beaumont – Parc Beaumont

Si recorres todo el Boulevard des Pyrénées llegarás al Parque Beaumont. Este parque de estilo inglés es perfecto para desconectar un rato. Diseñado en 1898 por el paisajista Henri Martinet, alberga árboles centenarios impresionantes: secuoyas de California, cedros del Himalaya, árboles de Judea…

Dentro del parque encontrarás:

• El Palacio Beaumont, en origen, era conocido como Palacio de Invierno y tenía un casino y salas de espectáculos que atraían a los visitantes de Pau durante el invierno. Hoy alberga un restaurante, un centro de congresos con auditorios y salas de seminarios.
• Un lago con patos donde puedes sentarte a disfrutar del ambiente.
• Un kiosco de música de época.
• El Théâtre de verdure, es uno de los pocos teatros al aire libre Art Decó de Francia. Acoge el Festival de Verano, con una programación cultural muy interesante, suele haber conciertos gratuitos de buenos grupos de música.

El parque Beaumont es el lugar ideal para un picnic, si el día acompaña.

Jardín japonés de Kofu

Al final del Parque Beaumont encontrarás algo inesperado en Pau, un jardín japonés. Este jardín fue creado en 2012 como homenaje a Kofu, ciudad japonesa hermanada con Pau desde 1977.

Lo especial del lugar es que fueron paisajistas japoneses quienes lo diseñaron siguiendo los principios tradicionales. El maestro Naïto incluso enseñó a los jardineros locales las técnicas de poda en cojín y en nube típicas de Japón.

Es un jardín pequeñito pero con mucho encanto y, está ubicado en la colina de Trespoey con vistas a los Pirineos. El jardín combina piedras pirenaicas, un arroyo artificial y una cuidada selección de azaleas, camelias, cipreses tallados como bonsái y secuoyas gigantes. Cada elemento responde a la filosofía oriental: el cuadrado simboliza estabilidad, mientras que el río sinuoso representa el movimiento de la vida.

• Ubicación: 3 Avenue du Stade Nautique (cerca del Parc Beaumont).
• Horario: Todos los días de 7:00 a 20:00 h.
• Entrada gratuita.

El barrio Trespoey y sus villas inglesas

Después de visitar el Parc Beaumont y el Jardín de Kofu, date un paseo por el barrio de Trespoey, uno de los rincones más elegantes y sorprendentes de Pau. Ubicado al este de la ciudad, en lo alto de una colina con vistas espectaculares a los Pirineos, este barrio guarda un tesoro arquitectónico único: las magníficas villas anglo-americanas de la Belle Époque.

A mediados del siglo XIX, aristócratas y millonarios ingleses y americanos descubrieron Pau. Atraídos por su clima privilegiado, su proximidad a las estaciones termales de los Pirineos y a la costa vasca, decidieron construir aquí sus residencias de invierno. El resultado es un conjunto de villas espectaculares que mezclan estilos: chalés suizos, mansiones inglesas, Art Déco y arquitectura bearnesa.

Aunque muchas de las villas están deshabitadas, todavía conservan la elegancia de la época. Las villas más emblemáticas que puedes ver son:

Villa San Carlos (2 Avenue San Carlos):

Edificada en 1862 por la baronesa de Brienen, en estilo Luis XIII, destaca por su fachada flanqueada por dos torres de tejados puntiagudos.

Villa Nitot (3, Avenue Nitot):

La encontrarás a la derecha del jardín japonés. Fue construida por el Conde de Nitot, joyero de Napoleón I y creador de las joyas de la coronación. Originalmente se llamaba Castel Trespoey y fue construida en estilo neorrenacentista.

Villa Beït-Rahat (1, rue du Stade Nautique):

Edificada en 1850 por la Condesa de Carantilly, que la ubicó estratégicamente al sur de la parcela para disfrutar de vistas despejadas a los Pirineos. Su nombre original era Chalet Minchin. Se encuentra a la izquierda del jardín japonés. Hoy pertenece a la ciudad y se encuentra cerrada. El jardín que pertenecía a la casa ahora es un jardín público muy agradable, que alberga cedros y secuoyas de 40 m de altura.

Villa Saint-Basil’s (61, avenue Trespoey):

Construida en 1889 por un acaudalado parisino, la última propietaria fue una rica heredera argentina. En su interior tiene un salón con una decoración inspirada en el cuento de la Cenicienta.  Actualmente pertenece al ayuntamiento de Pau.

Villa Navarre (59, avenue Trespoey):

Construida en 1870 por el arquitecto parisino Auguste Guillemin, en medio de un parque de más de dos hectáreas. Ahora Villa Navarre es un hotel-restaurante de cinco estrellas donde puedes alojarte para vivir la experiencia completa de la época dorada.

Villa Sainte-Hélène (27/29, avenue Norman-Prince):

Impresionante construcción de 1868 para el Barón de Longueil, con su parque ajardinado a la inglesa. Fue donado al departamento en 1952 por la familia Prince, última propietaria, y actualmente es la residencia del Prefecto.

El barrio de Trespoey sigue siendo hoy uno de los más cotizados de Pau, conocido como «los pequeños Campos Elíseos«. Pasear por sus tranquilas calles arboladas es como un viaje en el tiempo a la época en que Pau era el destino de moda de la aristocracia europea.

El barrio del Castillo

Volvamos al barrio que rodea el castillo, ya que es uno de los lugares con más encanto de Pau. Sus calles estrechas y empedradas, sus casitas con flores en los balcones y sus pequeños restaurantes crean una atmósfera tan acogedora que no querrás irte.

La Rue Maréchal Joffre es totalmente peatonal y está bordeada de hoteles particulares históricos. Al final encontrarás la Place Reine Marguerite, rodeada de soportales con arcos, que le dan un aire medieval con mucho encanto.

Por la noche, el barrio se llena de vida con locales y turistas que se reúnen en sus restaurantes para probar la gastronomía local. Es el momento perfecto para sentarte en una terraza y disfrutar del ambiente.

Place Clemenceau

Esta gran plaza es el punto de encuentro por excelencia en Pau. Rodeada de cafés con terrazas, tiendas y el centro comercial al aire libre Palais des Pyrénées (de estilo Art Déco), aquí siempre hay movimiento.

En el centro verás una bonita fuente en estilo Art Déco y, en los días soleados, las terrazas se llenan de gente tomando un café o un aperitivo. Si te apetece hacer algo de shopping, esta es tu zona: desde las Galerías Lafayette hasta boutiques locales.

En la plaza hay un parking subterráneo, si prefieres dejar el coche en un lugar céntrico para visitar Pau.

Museo Bernadotte

Instalado en una casa típica bearnesa del siglo XVIII, este museo cuenta la increíble historia de Jean-Baptiste Bernadotte, un hombre de origen humilde, que pasó de ser mariscal de Napoleón a convertirse en rey de Suecia y Noruega. De este personaje proviene la actual monarquía sueca. Una biografía tan fascinante que parece sacada de una película. Actualmente se encuentra cerrado en restauración.

Iglesia de Saint-Jacques

Situada cerca del Palacio de Justicia, esta iglesia neogótica del siglo XIX fue durante mucho tiempo refugio de peregrinos que hacían el Camino de Santiago. Su ábside colorido y sus vidrieras de Louis Steinheil son realmente impresionantes. Fue catalogada como monumento histórico en 2015.

Museo de Bellas Artes

El segundo museo de bellas artes más importante de la región después del de Burdeos. Alberga colecciones de arte flamenco, holandés, francés, italiano y español desde el siglo XV hasta nuestros días. Podrás ver obras de grandes maestros como Degas y Rubens, además de exposiciones temporales durante todo el año.

Merece mucho la pena, me sorprendió mucho. Además, la entrada es gratuita.

Si tienes más días para explorar la zona, no te pierdas algunos de los mejores lugares qué ver en el País Vasco francés, que está muy cerca de Pau y ofrece paisajes espectaculares, pueblos con encanto y una gastronomía excepcional.

Mapa de lugares que ver en Pau

Gastronomía del Béarn: lo que tienes que probar en Pau

Una visita a Pau no está completa sin degustar los productos locales:

Vino de Jurançon

Este vino blanco es famoso en todo el mundo. Más de 350 viticultores lo producen actualmente. Cuenta la leyenda que fue el vino usado en el bautizo del futuro Enrique IV. También puedes probar el Madiran si prefieres vino tinto.

Si quieres conocer más sobre este vino excepcional, puedes reservar una visita a una bodega con degustación donde descubrirás el proceso de elaboración y catarás diferentes variedades del Jurançon.

Queso Ossau-Iraty

Es un auténtico manjar. Este queso de oveja con Denominación de Origen Protegida te conquistará con su sabor suave y ligeramente dulce.

Cómo llegar a Pau

En coche

• Desde Burdeos: autopista A65 (200 km aproximadamente).
• Desde Toulouse: autopista A64 (200 km).
• Desde París: autopista A10 (unos 800 km).

En tren

Nueve trenes diarios conectan París con Pau (unas 6 horas de viaje). También hay conexiones directas desde Toulouse, Burdeos, Bayona, Dax y Lourdes.

En avión

El aeropuerto Pau-Pyrénées tiene vuelos diarios desde París (Orly y Charles de Gaulle), así como conexiones semanales desde Lyon. Desde el aeropuerto, la línea de bus número 17 te lleva al centro en 30 minutos.

En autobús

Compañías como FlixBus ofrecen trayectos desde las principales ciudades francesas a precios muy competitivos.

Consejos prácticos para tu visita a Pau

¿Cuánto tiempo necesitas? Un día completo es suficiente para ver lo principal, pero si puedes quedarte un fin de semana, disfrutarás mucho más de la ciudad y su ambiente.

Mejor época: La primavera y el otoño son ideales por el clima templado. En verano hay más ambiente pero también más turistas, aunque no es una ciudad que esté masificada.

Aparca fuera del centro: Muchas zonas son peatonales. El parking Pau Gare, junto al funicular, es muy práctico. Aunque antes era gratuito, ahora sólo los 30 primeros minutos son gratis, el resto del tiempo tendrás que pagar.

Vista de los Pirineos: Para disfrutar del panorama completo, necesitas que el día esté despejado. Consulta el pronóstico del tiempo antes de ir.

Dónde comer: Reserva con antelación en restaurantes como «O Petit Paü«, «Les Papilles Insolites«, «Les Pipelettes» o «L’ Aragon«, especialmente los fines de semana.

Después de visitar Pau y, mientras me tomaba un café en una terraza con los Pirineos de fondo, pensaba «¿por qué esta ciudad no es más famosa?» . Y precisamente ese es su encanto: es un tesoro por descubrir, lejos de las multitudes de turistas pero con todo lo que puedes desear en una escapada perfecta.

¿Te animas a descubrir qué ver en Pau? Te aseguro que no te arrepentirás.

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