Qué ver en el PERIGORD y la DORDOÑA: 15 lugares increíbles

Si vas a visitar el departamento francés de Dordoña, seguro que quieres saber cuáles son los lugares imprescindibles que ver en el Perigord, que es como se le conoce también a esta zona.

Perigord es el nombre de un antiguo condado que se convirtió en el actual departamento de Dordoña (Dordogne), después de la Revolución Francesa. Actualmente el departamento de Dordoña es el cuarto departamento más grande de Francia, debe su nombre al principal río que lo atraviesa y se encuentra ubicado en el suroeste de Francia, en el corazón de la región de Nueva Aquitania.

Hoy en día, Perigord y Dordoña son sinónimos y se refieren aproximadamente al mismo territorio, por eso oirás hablar indistintamente de uno y otro.

Un viaje al Perigord es un viaje al pasado, desde la Prehistoria hasta el Renacimiento. No puedes perderte los yacimientos arqueológicos, las curiosidades geológicas, los monumentos históricos, los restos prehistóricos, o los paseos por la naturaleza.

Y también es un viaje gastronómico, ya que podrás deleitar tus papilas gustativas con las delicias y sabores locales: foie gras, confits, magret de pato, setas, trufas, frutos secos, vinos de Bergerac y Monbazillac….

Aunque los castillos más famosos de Francia son los Castillos del Loira, el Perigord es también un destino obligado para los amantes de las construcciones medievales, ya que es conocido como “El país de los 1001 castillos”.

De los cuatro, el Perigord Negro (Périgord Noir) es, sin duda, el que tiene más tesoros:  imponentes castillos y pueblos medievales encaramados como nidos de águilas en las alturas. Esta zona y, más concretamente el Valle del Vézère, también es conocida como la «Cuna de la Prehistoria«. Fue aquí donde se descubrió el primer fósil que dio origen al nombre de Cromañón. Hay más de 200 yacimientos paleolíticos en la zona, pero uno de los más conocidos e importantes es la cueva de Lascaux.

Mapa de lugares indispensables que ver en el Perigord y la Dordoña

Descubre los lugares imprescindibles que ver en el Perigord y la Dordoña

Sarlat-la-Canéda

Si sólo puedes ver una ciudad en el Perigord, esta tiene que ser Sarlat-la-Canéda, la capital del Perigord Negro (Périgord Noir).

Pasear por las calles empedradas de Sarlat es como hacer un viaje en el tiempo, ya que posee un patrimonio único en perfecto estado de conservación. Es una de las ciudades medievales más bonitas de Francia y todo un museo al aire libre.

En Sarlat podrás visitar muchas mansiones privadas como la Maison de La Boétie, el Hôtel Plamon o la Maison du Presidial entre otras.

Además, es uno de los mejores lugares para probar la deliciosa gastronomía del Perigord, ya que está repleta de restaurantes de calidad y posee un famoso mercado tradicional de los sábados, donde se venden las especialidades de la región: foie gras, trufas, higos y nueces. Si te interesa conocer mejor la gastronomía del Perigord puedes apuntarte a un tour gastronómico por el mercado de Sarlat.

Beynac-et-Cazenac y su castillo

Uno de los pueblos que tienes que ver en el Perigord para descubrir su rico pasado medieval es Beynac-et-Cazenac.

En este pequeño pueblo las casas se extienden por las laderas del acantilado de piedra caliza en el que se asientan, ascender por las calles de Beynac-et-Cazenac es toda una inmersión en la Edad Media. En la cima, un castillo medieval domina el valle.

La fortaleza de Beynac es sin duda uno de los edificios militares más bellos del Perigord y de Francia. Es un castillo del siglo XII, construido sobre fortificaciones más antiguas, en un afloramiento rocoso.

Fue testigo de la Guerra de los Cien Años y tuvo como ilustre residente a Ricardo Corazón de León. Fue catalogado como Monumento Histórico en 1944 y es uno de los castillos mejor conservados de Francia.

Podrás visitar su torreón cuadrado, el puente, el patio interior y los fosos, que han servido como lugar de rodaje de varias películas, entre ellas, Juana de Arco (1999) de Luc Besson.

Puedes visitar fácilmente el castillo de Beynac en una excursión desde Sarlat, si no dispones de coche.

Los Jardines Colgantes de Marqueyssac

Si te gustan los jardines románticos, tienes que ver en el Perigord los jardines colgantes de Marqueyssac. Los jardines están situados en un espolón rocoso, a 130 metros de altura, frente al castillo de Castelnaud por un lado, y al castillo de Beynac por otro, por lo que podrás contemplar desde allí unas vistas magníficas del valle del Dordoña.

Estos impresionantes jardines, que destilan romanticismo, se extienden a lo largo de 6 km alrededor de un castillo de principios del siglo XIX.

Podrás recorrer los jardines a través de sus caminos, para contemplar miles de formaciones de boj realizadas a mano que adoptan formas sorprendentes. El jardín se completa con rocallas, cascadas, fuentes, miradores, pavos reales en libertad …

En este lugar no sólo encontrarás jardines, también hay zonas de juego para niños, un Pabellón de la Naturaleza con el esqueleto de un dinosaurio, un recorrido entre los árboles por puentes de red y una vía ferrata en el acantilado para los más intrépidos.

También merece la pena visitar el interior del palacio de principios del siglo XIX. Los muebles de época Imperio contribuyen a la decoración romántica del lugar.

Si vas en verano, no te pierdas las noches de los jueves, para ver los jardines de Marqueyssac iluminados a la luz de 2.000 velas.

La Roque-Gageac

Otro pueblo precioso que tienes que ver en el Perigord es La Roque-Gageac. Está considerado como uno de los pueblos más bonitos de Francia y se encuentra muy cerca de Beynac, junto al río Dordoña. Por eso, es un excelente punto de partida para navegar por las aguas del río en una gabarra, el barco tradicional del Perigord.

Es un pueblo excavado en un acantilado que te hará retroceder en el tiempo hasta la Edad Media. Clasificado como el tercer pueblo favorito de los franceses, es tan encantador como sorprendente.

Puedes visitar La Roque-Gageac ascendiendo por sus calles medievales hasta llegar a su fortaleza del siglo XII. Esta fortaleza, construida dentro de la roca, resultó impenetrable para el enemigo, ya que fue imposible escalarla o socavarla. Podrás ver numerosos elementos defensivos, como pozos, arcos, garitas, aspilleras, esclusas, etc. Durante la Guerra de los Cien Años, nunca fue tomada y resistió numerosos asaltos.

Además de la fortaleza, la Roque-Gageac alberga un exótico jardín con palmeras, plátanos y buganvillas, ya que la orientación sur del pueblo crea un microclima que favorece el crecimiento de esas especies. ¡Es un pueblo insólito!

Si no dispones de coche y, quieres visitar los pueblos más bonitos del Perigord, puedes apuntarte a un tour por los pueblos de Dordoña que parte desde Sarlat.

Castelnaud-la-Chapelle y su castillo

El pueblo de Castelnaud-la-Chapelle se encuentra situado en un afloramiento rocoso con una preciosa vista sobre el Dordoña. En la cima del pueblo se encuentra un castillo del siglo XII, que fue el rival del castillo de Beynac, durante la Guerra de los Cien Años.

El castillo alberga el Museo de la Guerra en la Edad Media con una gran colección de armas y armaduras medievales, así como reproducciones de máquinas de asedio a tamaño natural. Tras la visita del castillo disfrutarás de numerosas actividades, ideales para toda la familia: prueba de trajes, tiro con arco, forja, demostración de tiro y lucha, juegos…

Desde el castillo tendrás una panorámica extraordinaria del Valle del Dordoña y del castillo de Beynac, que se encuentra enfrente.

Monpazier

Durante la Edad Media, en el suroeste de Francia, se construyeron una serie de ciudades fortificadas de carácter defensivo, denominadas bastidas. Monpazier fue la bastida más bella del Perigord y, fue construida por Eduardo I, rey de Inglaterra y duque de Aquitania.

Durante mucho tiempo fue la rival de otra de esas bastidas: Villefranche-du-Périgord. Monpazier fue inglesa y Villefranche-du-Périgord fue francesa; una protestante y la otra católica. Es un milagro que desde 1284 haya conseguido sobrevivir a las vicisitudes de la historia.

Si visitas Monpazier un jueves, podrás disfrutar del mercado en la Place des Cornières. Recorre sus calles en paralelo, para descubrir su original arquitectura, y a los artesanos que abren las puertas de sus talleres para mostrar su arte.

Castillo de Biron

Encaramado en un montículo, el Castillo de Biron domina el Perigord Púrpura y su campiña. Era propiedad de los Gontaut-Biron, una de las familias más ilustres de la nobleza aquitana.

Es uno de esos castillos que desatan la imaginación. Aquí podrás realizar un recorrido por la historia de la arquitectura del Perigord, desde Enrique IV hasta Luis XVI. Podrás comprobar cómo conviven todo tipo de arquitecturas: desde el torreón del siglo XII hasta edificios del siglo XVIII, pasando por una capilla renacentista.

Hoy en día, el Castillo de Biron sigue más vivo que nunca, ya que se utiliza como lugar de rodaje de películas, se realizan exposiciones de arte moderno, también acoge numerosos eventos como mercados agrícolas y organiza regularmente actividades familiares (búsquedas del tesoro y talleres).

Cuando lo visites, no olvides apuntarte a los talleres medievales, como el de acuñar una moneda o pintar un escudo con una técnica que data de la Edad Media, para llevarte un bonito recuerdo.

Lascaux IV

Si te gusta la historia, visitar el Centro Internacional de Arte Rupestre (Centre International de l’Art Pariétal), más conocido como Lascaux IV, ya es un motivo suficiente para visitar el Perigord. Una mañana visitando este centro te permitirá realizar una inmersión total en la prehistoria.

La cueva de Lascaux, conocida como la «Capilla Sixtina de la Prehistoria» fue decorada con pinturas y grabados hace 20.000 años. Su descubrimiento en 1940 revolucionó nuestra visión de la prehistoria.

En Lascaux IV, cerca del pueblo de Montignac, podrás ver una reproducción idéntica de la cueva original de Lascaux, que está cerrada al público para su conservación. El museo se encuentra ubicado en un edificio semienterrado, por el que irás avanzando a través de un túnel oscuro y húmedo, como si estuvieses en la cueva real, para ver las increíbles pinturas de la cueva. El resultado es sorprendente, está tan bien hecho que hasta te olvidas de que es una réplica.

La visita se complementa con talleres, proyecciones y exposiciones, que amplían la información y redondean la experiencia.

SI quieres conocer los horarios de apertura y los precios de las entradas consulta la web del museo.

La Roque Saint-Christophe

Entre los lugares que ver en el Perigord hay algunos muy desconocidos y, sin embargo, únicos en el mundo. La Roque Saint-Christophe es una pared de piedra caliza de 1 km de longitud, situada a 60 m sobre el río Vézère. El agua y el tiempo han esculpido un centenar de cavidades y terrazas.

Desde la Prehistoria hasta el Renacimiento, estos refugios naturales han sido habitados por el hombre. Es fascinante recorrer este lugar para descubrir la insólita vida de sus habitantes, que vivieron en este excepcional paraje natural durante miles de años.

La Casa Fortificada de Reignac

Es el único castillo construido en un acantilado que ha sobrevivido en Francia en perfectas condiciones. La fachada del siglo XIV es sólo la parte visible de la Casa Fortificada de Reignac, una gran residencia fortificada.

Detrás de esta fachada hay numerosas habitaciones que han sido excavadas en la roca. Se encuentran en un estado de conservación excepcional y están amuebladas con muebles de época.

Clasificado como Monumento Histórico, es el castillo más extraño, secreto, extraordinario y misterioso del Perigord.

El pueblo troglodita de La Madeleine

El pueblo de La Madeleine es tan notable que ha dado nombre a todo un periodo de la prehistoria: el Magdaleniense. Debido a que los cazadores-recolectores decidieron instalarse en este extraordinario lugar hace 17.000 años.

Este abrigo rocoso situado en un acantilado se encuentra en el Valle del Vézère, en un bonito meandro del río, dentro de un entorno excepcional.

La Madeleine, una aldea troglodita situada en mitad del acantilado, fue construida por el hombre que vivió allí desde la prehistoria hasta finales del siglo XIX. Aquí se han encontrado más de 22.000 objetos prehistóricos (herramientas, huesos, grabados, etc.). Se puede ver un mamut tallado en marfil de mamut, una tumba de un niño con 1.150 conchas y el famoso «Bisonte lamiéndose el costado» pintado por los cromañones.

En el centro del acantilado, también podrás ver los restos de una ciudad medieval. Así como una famosa capilla gótica del siglo XV, que se encuentra aferrada a la pared de la roca, dominando el río Vézère.

Por último, una exposición presenta este yacimiento prehistórico, clasificado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Les Eyzies-de-Tayac-Sireuil

Otro de los lugares relacionados con la Prehistoria que tienes que ver en el Perigord son Les Eyzies-de-Tayac.

Además de pasear por el pequeño pueblo de Les Eyzies, que está rodeado de acantilados, el principal motivo para visitarlo es descubrir los secretos de la Edad de Piedra y visitar alguno de los numerosos yacimientos prehistóricos de los alrededores, algunos de los cuales están inscritos en el Patrimonio Mundial de la Unesco como «yacimientos prehistóricos y cuevas decoradas del valle del Vézère«.

El Valle del Vézère está considerado como la «Cuna de la Humanidad«. Aquí se han encontrado 147 yacimientos y 25 cuevas decoradas que datan del Paleolítico.

Te recomiendo especialmente:

• La Cueva de Grand Roc: una joya escondida que tiene un verdadero bosque mineral de estalactitas y estalagmitas.
• Los Refugios Prehistóricos de Laugerie Basse: ocupados entre el 15.000 y el 10.000 a.C. y en el que se han encontrado más de 600 objetos prehistóricos. Podrás disfrutar de un divertido recorrido y reconstrucciones de escenas prehistóricas.
• La Cueva del Font de Gaume: con sus importantes pinturas prehistóricas policromadas.

Todos estos tesoros hacen que Les Eyzies sea conocida como la “Capital Mundial de la Prehistoria«.

No te pierdas tampoco la excepcional colección del Museo Nacional de Prehistoria, que se encuentra en el centro del pueblo.

Desde Sarlat tienes una excursión organizada para visitar los lugares más importantes del arte paleolítico en la Dordoña.

El castillo de Puymartin

Este es uno de los castillos encantados más famosos que ver en el Perigord y la Dordoña. Se dice que en el castillo de Puymartin vaga el fantasma de la Dama Blanca.

Si no ves el fantasma durante la visita no te preocupes, podrás admirar la imponente arquitectura del castillo, que ha sido modificada varias veces a lo largo de los siglos y, descubrir la historia de la familia que ha vivido aquí durante cinco siglos.

La sima o Gouffre de Proumeyssac

Entre los lugares que ver en el Perigord no olvides incluir la visita a alguna cueva. La sima de Proumeyssac es la cueva más grande y el abismo más famoso del Perigord Negro. Llamada «La Catedral del Cristal«, debido a que sus paredes están decoradas con multitud de cristalizaciones.

Podrás acceder a la cueva a través de un túnel con la visita clásica, o mediante una especie de cesta que desciende al abismo a 50 metros de profundidad, como hicieron los que la descubrieron en 1907. Te quedarás sin palabras ante esa grandiosa bóveda subterránea, cuyo interior es de una belleza excepcional, con concreciones únicas en el mundo.

Te aconsejo que optes por el descenso en la cesta, que te permitirá tener una vista mágica de toda la sima, mientras se va iluminando la cueva al descender, todo ello acompañado de un espectáculo de luz y sonido. ¡El espectáculo es sensacional!

Brantôme

Enclavada bajo los acantilados de piedra caliza, en un recodo del río Dronne, Brantôme es una de las ciudades más bonitas del Perigord.

Brantôme es famosa por sus numerosos puentes y pasarelas que cruzan el río, lo que le ha valido el apodo de “Venecia del Perigord”, aunque realmente no tiene nada que ver con la famosa ciudad italiana.

Te recomiendo especialmente la visita a la antigua abadía benedictina, en la que ya no hay monjes, por su claustro y su alto campanario.

Pero, sobre todo, por su recorrido por las cuevas de la primera abadía troglodita, que se construyó bajo el acantilado, que te permitirá descubrir una serie de bajorrelieves ocultos.  La iglesia cuenta con una historia de más de mil años, que se remonta al reinado de Carlomagno.

¿Cuándo visitar el Perigord y la Dordoña?

El departamento de Dordoña-Perigord se puede visitar durante todo el año. Según la estación, podrás descubrir aspectos muy diferentes del Périgord y, cada una de ellas tiene sus ventajas e inconvenientes.

Los meses de verano son los meses más turísticos y los más calurosos, una buena idea si quieres aprovechar para realizar actividades en la naturaleza y el sol y bañarte. Todas las atracciones y restaurantes estarán abiertos, pero deberás tener en cuenta las multitudes y los tiempos de espera para los museos y otras visitas culturales.

Los meses de mayo, junio y septiembre son muy agradables, tanto de temperatura como de afluencia de visitantes. Podrás disfrutar de casi todas las actividades disponibles durante el verano, pero a un ritmo más relajado y sin pasar tanto calor. Además, durante la primavera y el otoño los paisajes del Perigord son preciosos.

De octubre a abril es más complicado encontrar abiertos tanto restaurantes como actividades. Aunque los castillos si que suelen estar abiertos. Y el precio de los alojamientos es bastante más bajo.

¿Cómo llegar al Perigord y la Dordoña?

Puedes llegar al Perigord en avión, tren, autobús o coche.

En coche

La mejor forma de recorrer el Perigord es en coche, ya que es complicado encontrar transporte público para llegar a todos los lugares de interés. Pero puede llevarte mucho tiempo llegar hasta el Perigord en coche desde tu casa, por lo que te recomiendo alquilarlo en el destino. Por nuestra parte, utilizamos el comparador de Auto Europe que ofrece excelentes tarifas.

En avión

Si quieres llegar al Perigord en avión, aunque en Bergerac hay un aeropuerto, es muy pequeño y tiene pocos vuelos, por lo que puede ser más conveniente volar al aeropuerto de Burdeos.

Desde París hay vuelos directos hasta el aeropuerto de Burdeos-Mérignac. La duración del viaje es de 1 h 15 min, aproximadamente. Y desde Madrid y Barcelona también encontrarás vuelos directos hasta el aeropuerto de Burdeos, el trayecto es de 1 h 20 min en el caso de Madrid y de 1 h 10 min desde Barcelona.

Una vez allí puedes alquilar un coche para llegar hasta el Perigord. Desde el aeropuerto de Burdeos hasta Sarlat te llevará 2 horas 30 minutos de viaje en coche.

Si vas a llegar al aeropuerto de Burdeos, piensa en dedicar un par de días para conocer una de las ciudades más bonitas del sur de Francia. Aquí te contamos qué puedes ver y hacer en Burdeos:

Otro aeropuerto al que se puede llegar desde París es el de Brive Vallée de la Dordogne. El trayecto es de 1 hora de vuelo y luego puedes alquilar un coche, ya que está a 49 minutos de Sarlat. Esta opción es la mejor en cuanto a tiempo de viaje, pero tiene la desventaja de que hay muchos menos vuelos que a Burdeos.

Para encontrar nuestros vuelos al mejor precio solemos utilizar el comparador de Skyscanner.

En tren y autobús

El Perigord también está comunicado por líneas de tren y autobús, aunque no hay una línea directa, hay pocas opciones y los tiempos se amplían. Aquí están las conexiones que te permiten llegar a Sarlat:

Burdeos – Sarlat: 2 h 25 min
París Montparnasse – Burdeos – Sarlat: 4 h 51 min

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