15 Lugares preciosos que ver CERCA DE ESTRASBURGO, Alsacia

Muchas de las personas que visitan Alsacia, se limitan a recorrer las calles de Estrasburgo, su capital, sin dedicar apenas tiempo para conocer todos los lugares interesantes que hay que ver cerca de Estrasburgo.

Si estás pensando en viajar dentro de poco a esta interesante ciudad, reserva algo de tiempo para conocer sus alrededores y disfrutar de Alsacia, una de las regiones más bonitas y sorprendentes de Francia. Toda ella es el resultado de la mezcla de las culturas francesa y alemana, pero conservando siempre ese gusto francés por los detalles y la belleza.

Mapa de lugares que ver cerca de Estrasburgo

Qué ver cerca de Estrasburgo, los lugares imprescindibles de Alsacia

Después de que hayas recorrido Estrasburgo, visitando la Petite France, conocido sus mercadillos navideños, visitado su impresionante Catedral de Notre Dame y cruzado el río Ill por sus Puentes Cubiertos, a través de un free tour o por tu cuenta, ten en cuenta que te queda mucho que ver cerca de Estrasburgo.

Estrasburgo en un día, itinerario por sus lugares imprescindibles

Enj este recorrido que te voy a describir por Alsacia hay muchos lugares destacados que no te puedes perder. Es por eso que seguramente te interesará echar un vistazo a la Tarjeta Pass’Alsace, que te permite visitar 50 monumentos de toda Alsacia de forma gratuita, entre ellos el Castillo de Haut-Koenigsbourg, uno de los imprescindibles no sólo de Alsacia, sino de toda Francia.

Prepárate, por que empezamos el recorrido por los lugares imprescindibles de Alsacia próximos a Estrasburgo.

La Ruta de los Vinos de Alsacia

Alsacia es la región francesa delimitada por el Río Rin, al este, y el Macizo de Los Vosgos, al oeste. Una rica llanura fluvial, que ha hecho del cultivo de viñedos y elaboración de vinos, una de sus principales fuentes de riqueza.

De hecho, la mayoría de los lugares que te vamos a mostrar en este post, pertenecen a la llamada Ruta de los Vinos, que con 170 km de largo recorre la región de norte a sur, desde Marlenheim, muy cerca de Estrasburgo, hasta Thann, al sur.

En todos los pueblos que la recorren, encontrarás multitud de viñedos con rutas señalizadas que los recorren.

Saint-Hippolyte, con sus casas coloridas, es un ejemplo típico de un pueblo de la Ruta del Vino de Alsacia, con su calle principal flanqueada por numerosas bodegas en las que se elaboran los exquisitos vinos alsacianos. Aquí podrás degustar y comprar algunos de los más famosos, como los riesling, sylvaner, gewürztraminer, pinot o el crémant, un espumoso similar al cava o el champán.

Si te gusta el mundo de los vinos, no te pierdas la oportunidad de conocer los vinos alsacianos con más profundidad:

Molsheim

Comenzando de norte a sur, desde el departamento de Bas-Rhin (Bajo Rin) al de Haut-Rhin (Alto Rin), Molsheim es el primer lugar en el que merece la pena hacer una parada.

Fue una antigua ciudadela fortificada de la que aún queda la Porte des Forgerons o Puerta de los Herreros del siglo XIV. El edificio más representativo de Molsheim es el llamado Metzig, que fue construido para el gremio de los carniceros, un edificio singular que destaca por su doble escalera y la pequeña torre del reloj.

Además de sus pintorescas casas de colores, no te pierdas dos de sus edificios religiosos más importantes: la Iglesia de los Jesuitas y la Cartuja de Molsheim, esta última declarada Monumento Histórico.

Rosheim

A tan sólo 6 km de Molsheim encontrarás Rosheim, un pueblo lleno de encanto famoso por su patrimonio románico.

Al igual que el pueblo anterior, Rosheim también estuvo fortificado y todavía conserva varias de sus puertas y torres. Durante tu paseo por esta bonita localidad encontrarás la Maison Romane o Casa Romana, un edificio románico del siglo XII, considerado la construcción civil más antigua de Alsacia. Se asemeja a una torre y alberga un museo, en el que conocerás la historia de esta casa, también conocida como la Casa Pagana.

No te pierdas una visita a la iglesia románica de San Pedro y San Pablo, de mediados del siglo XII. Está considerada una de las iglesias románicas más bonitas de Alsacia.

Obernai

La ciudad vieja está rodeada de murallas y concentra un patrimonio arquitectónico destacado. Su existencia se remonta a la época romana, y siempre ha sido una ciudad importante, pues ha sido desde una villa imperial en tiempos merovingios, hasta una próspera ciudad renacentista.

Su dos lugares más destacados son la Iglesia Neogótica de San Pedro y San Pablo y la Plaza del Mercado y, entre ellos, se encuentra el Pozo de los Seis Cubos, una verdadera joya renacentista construida en 1579.

La Plaza del Mercado, rodeada de hermosos edificios históricos en torno a la Fuente de Sainte Odile, es el centro neurálgico de esta pequeña ciudad. En ella hay que prestar especial atención a su Ayuntamiento de estilo renacentista; al Halle aux Blés, un almacén histórico del siglo XVI situado frente al Ayuntamiento; así como a la Tour de la Chapelle o Belfry, un campanario de 60 m de altura, cuyos orígenes se remontan al siglo XIII.

Dambach-la-Ville

Aunque no tiene la fama de los pueblos que se encuentran al sur de Colmar, Dambach-la-Ville es el típico pueblo alsaciano que todos soñamos con visitar.

Allí encontrarás puertas fortificadas, casas con entramado de madera decoradas con flores, bonitos letreros de hierro forjado, nidos de cigüeñas…

Como la mayor parte de los pueblos de esta zona, Dambach-la-Ville también estuvo amurallado. Todavía vas a poder ver tres de sus puertas fortificadas del siglo XIV: la puerta de Blienschwiller (norte), la de Ebersheim (este) y la de Dieffenthal (sur).

Tiene un ayuntamiento de estilo renacentista de 1547 con una austera fachada. En el centro del pueblo encontrarás varias casas de viticultores con entramado de madera, entre ellas la Maison Burrus.

Y en la Place du Marché (Plaza del Mercado), destaca la bonita Fontaine de l’Ours o Fuente del Oso, de estilo renacentista, y la estrecha y curiosa casa de mercaderes Sermonnet del s. XVII.

Sélestat

Sélestat es un poco la excepción dentro de Alsacia, ya que aquí apenas hay edificios coloridos decorados con flores. Aquí lo que abundan son los palacetes construidos en estilo renacentista y las torres, como la Torre de las Brujas, la Torre del Agua o la Torre Nueva.

Los franceses consideran esta ciudad como una de las cunas del humanismo, ya que aquí se encuentra la famosa Biblioteca Humanista, declarada Patrimonio Mundial por la Unesco en 2011.

Castillo de Haut-Koenigsbourg

Francia es tierra de castillos, y los hay a cientos, pero pocos pueden igualar en majestuosidad al Castillo de Haut-Koenigsbourg o Castillo del Rey. Es uno de los lugares imprescindibles de Francia, si quieres conocer el resto no te pierdas este post:

Este castillo está muy cerca de Sélestat y es claramente visible desde la llanura alsaciana, siendo uno de los lugares imprescindibles que tienes que ver cerca de Estrasburgo.

Está construido en lo alto de la montaña Stophanberc, y desde él hay unas vistas inmejorables del Valle del Rin y de la Selva Negra alemana.

Es una fortaleza inexpugnable y de gran belleza, cuya construcción comenzó en el siglo XII para controlar las rutas del vino, la sal el trigo y la plata, que discurrían por el Valle del Rin.

Hasta el final de la primera Guerra Mundial, fue propiedad del Kaiser Guillermo II, último Emperador de Alemania y Rey de Prusia, quien decoró con todo lujo de detalles el palacio que hay en el interior del castillo.

Si no tienes vehículo propio y quieres visitar este castillo y algunos de los pueblos más interesantes de Alsacia, quizá te interese esta ruta:

Castillos de Alsacia: Kintzheim, Birkenfels, Kagenfels, Dreistein, Rathsamhausen, Landsberg, Haut-Andlau,…

No te pienses que Haut-Koenigsbourg es el único castillo que hay por esta zona, lo que ocurre es que su fama se debe a sus impresionantes dimensiones y a su buen estado de conservación.

En realidad, todas las montañas de Los Vosgos están llenas de castillos en ruinas hasta los que llegan caminos y rutas senderistas.

Los castillos de Kintzheim, Birkenfels, Kagenfels, Dreistein, Rathsamhausen, Landsberg o Haut-Andlau, son algunos de los más espectaculares que hay entre Obernai y Sélestat, pero en realidad hay decenas de ellos, casi uno por cada montaña.

Bergheim

Continuando hacia el sur, el siguiente destino es Bergheim, ya en el departamento del Alto Rin.

Es un pueblo pequeño pero muy bonito y acogedor, y de los pocos que conservan todavía sus murallas medievales y alguna de sus torres.

El pueblo está estructurado a lo largo de la Grand Rue, su calle principal, a la cual se accede directamente pasando bajo la torre en la que se encuentra su acceso principal, la Porte Haute.

Este pueblo fue tristemente famoso en los siglos XVI y XVII, por las cazas de brujas que se hicieron en él. Frente a la iglesia encontrarás la Casa de las Brujas y el Jardín de las Brujas, donde podrás conocer más sobre esta época tan truculenta.

El pueblo tuvo también una importante población judía, estando todavía en pie su antigua sinagoga.

Ribeauvillé

Ribeauvillé es ya un pueblo bastante más grande que el anterior, aunque también estructurado a lo largo de una calle principal, la Grand Rue.

Siguiendo esta arteria flanqueada de bonitas casas típicas de los siglos XV al XVIII, llegarás a diferentes plazas alrededor de las cuales se desarrollaba la vida pública de la ciudad. En la Place de la Mairie, se encuentran la Tour des Bouchers (Carniceros) y la Fontaine de la Republique, que como otras fuentes de la ciudad está declarada monumento histórico. En la Place de la Sinne se encuentra el Auberge du Soleil, una de las casas nobles más destacadas de la localidad.

En tiempos, Ribeauvillé tuvo que ser una ciudad bastante importante, pues en las montañas que dominan la localidad, quedan la ruinas de los tres castillos que la protegían. Se trata de los castillos de Saint-Ulrich, Haut-Ribeaupierre y Giersberg.

En la Edad Media solían reunirse aquí los músicos de las inmediaciones, por lo que también se le conoce como la ciudad de los músicos.

En los tejados de Ribeauvillé es fácil ver nidos de cigüeña blanca o común, que es el ave considerada como el símbolo de Alsacia.

Riquewihr

Si hasta ahora los pueblos han sido bonitos, prepárate para el plato fuerte con la triada compuesta por Riquewihr, Kaysersberg y Eguisheim.

Riquewihr es un pueblo pequeño, rodeado por una doble muralla, cuyos lienzos se aprovecharon en el pasado para servir de soporte a diferentes edificaciones. Visitarlo es como hacer un viaje en el tiempo y transportarte a la Edad Media.

El pueblo se reduce casi a su empinada y empedrada calle principal, a cuyos lados se encuentran cafés, bodegas, tiendas y multitud de casas pintorescas, a cada cual más bonita y mejor decorada que las demás.

Una de las casas más importantes de la localidad es la llamada Gratte-ciel una de las casas con entramado de madera, mas alta de Alsacia.

La muralla conserva todavía intactas algunas de sus altivas torres defensivas, como la Tour de Dolder que es la que da acceso a la calle principal.

Kaysersberg

Kaysersberg podría ser el pueblo más bonito de Alsacia (al menos para mí) y, de hecho, en 2017 fue elegido como «pueblo favorito de los franceses».

Discurre a orillas del Río Weiss, con sus casas típicas de colores, sus rincones encantadores y su castillo en ruinas que le da un aspecto bucólico. La imagen más típica de la localidad es la que se tiene desde su puente fortificado (la foto principal del post), pues parece que te has trasladado a un cuento de Disney.

Otro de sus lugares más interesantes es la Place de Jean Ittel, donde están la Iglesia románica de la Sainte-Croix, del siglo XIII y, la Fuente del Emperador Constantino, del siglo XVI.

El mercadillo navideño de Kaysersberg es uno de los más bonitos que podrás ver en Alsacia. Si tienes la suerte de viajar a Alsacia en Navidad y quieres verlos todos, en este post te contamos cuáles son los mejores.

Colmar

Si Estrasburgo es la capital del departamento del Bajo Rin, Colmar lo es del departamento del Alto Rin.

Con poco más de 70.000 habitantes, Colmar es una pequeña ciudad realmente increíble y, su zona vieja, conocida como la Pequeña Venecia por sus canales, es de lo más bonito que hay que ver en Alsacia. Puedes estar seguro de que la visita no te defraudará.

Vayas por la calle que vayas de su casco antiguo, por todas partes hay edificios medievales con sus característicos entramados de madera, fachadas pintadas con multitud de colores diferentes y flores… muchísimas flores por todos los lados, dándole a la ciudad un toque especial y un aspecto realmente agradable. Y todo ello presidio por su Colegiata de Saint-Martin, una catedral gótica majestuosa.

Colmar es la cuna de Auguste Bartholdi, el escultor que creó la archifamosa Estatua de la Libertad de Nueva York, de la que hay una copia en Colmar.

Esta ciudad es uno de los mejores lugares para degustar la tarte flambée, una especie de pizza tradicional alsaciana y, el bretzel, un pan típico alsaciano-alemán, con forma de lazo y ligeramente salado, que está realmente delicioso y que a nuestros hijos les vuelve locos.

Colmar es siempre una delicia de ciudad, aunque en Navidad se supera a sí misma y se convierte por unos días en el destino más deseado por los franceses.

Colmar en Navidad

Eguisheim

Muchos de los pueblos que te hemos ido indicando en este post, están incluidos dentro de la categoría de los pueblos más bonitos de Francia, y Eguisheim es uno de ellos pero de categoría especial, pues en 2013 fue distinguida como “villa favorita de Francia”.

Eguisheim está repleto de flores por todos los lados y tiene una disposición de las calles muy curiosa y ordenada.

Tiene forma casi circular y está rodeado por una muralla, distribuyéndose sus calles en anillos concéntricos, con la Plaza du Château Saint-Léon en el centro. En esta bonita plaza hay una fuente con la estatua del Papa León IX, su ciudadano más ilustre.

Dicen que los creativos de Disney se inspiraron en este pueblo para ambientar la película de animación “La Bella y la Bestia”. No sabemos si es cierto o no, pero te dará una idea de que lo que te vas a encontrar no es un pueblo cualquiera.

Si visitas esta zona en diciembre, podrás disfrutar de sus afamados mercadillos navideños. Descubre cuáles son los mejores:

Senderismo en Los Vosgos

Ya te hemos comentado que el macizo montañoso de Los Vosgos es el límite oeste de la región de Alsacia. Se podría decir que Los Vosgos son la versión francesa de la Selva Negra y, de hecho, ambos macizos están dispuestos casi de forma simétrica a lo largo del Valle del Rin, uno en cada país.

Si tienes ganas de hacer una ruta senderista entre bosques de hayas, abetos y robles, hay multitud de rutas senderistas que ascienden a sus cimas redondeadas y desgastadas por la erosión, llamadas ballons en francés.

Una opción puede ser desplazarte hasta Thannenkirch, un pequeño pueblecito muy famoso entre los senderistas franceses, ya que desde él parten muchas de las rutas que recorren el Macizo de Taennchel, uno de los más bonitos de Los Vosgos.

Descubre los lugares más interesantes de Alsacia